BARÓMETRO DEL GESOP

Encuesta elecciones Catalunya: El giro moderado aúpa a ERC y hunde a JxCat

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Jose Rico

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Quim Torra ya puede convocar elecciones, pero no está claro que le convenga hacerlo en estos momentos pese a las convulsiones que sacuden al Govern. Aunque el bloque independentista sigue consignando una resistencia de acero a viento y marea cual conejo de Duracell, los sismos periódicos que sufre el matrimonio de conveniencia JxCat-ERC amenazan más a la coalición posconvergente que al partido republicano. El procesismo sobreviviría hoy a unos nuevos comicios, pero la marca inventada por Carles Puigdemont perdería el control de una relación que conserva una mala salud de hierro.

Según el Barómetro de Catalunya del Gabinet d'Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) para EL PERIÓDICO, Esquerra sacaría ahora mismo mayor tajada de la indisimulada fractura en el Ejecutivo catalán. La formación de Oriol Junqueras, con su viraje hacia una vía para la independencia más pragmática que la de JxCat, ganaría las elecciones erosionando de forma severa a su actual socio, que podría perder hasta una docena de escaños. La sangría de los posconvergentes se acrecentaría con un auge de la CUP que sería clave para que los secesionistas mantuviesen su hegemonía en el Parlament.

Sin embargo, la actual coalición no sería la única fórmula de Govern posible, aunque en el contexto vigente parece la única plausible. La distensión que ha conllevado el relevo de Mariano Rajoy por Pedro Sánchez en la Moncloa ha dado oxígeno al PSC, que se recuperaría a costa de Ciudadanos. El crecimiento de los socialistas catalanes, sumado al de ERC, permitiría reeditar un tripartito de izquierdas con los 'comuns', que siguen estancados. Tanto los independentistas como las izquierdas se moverían en una horquilla de 68 a 72 diputados, por encima de la mayoría absoluta. El secesionismo suma actualmente 70 escaños y el tripartito, 57.

Contexto propicio

El trabajo de campo de la encuesta se elaboró a partir de 739 entrevistas efectuadas entre el 22 y el 25 de octubre, es decir, coincidiendo con la activación sin consenso del Consell de la República, el viraje de Sánchez respecto al delito de rebelión y la apertura de juicio oral a los líderes del 'procés'. En este contexto, y con el Govern sin mayoría estable en el Parlament, ERC sería la primera fuerza política con el 25,3% de los votos y 37-39 diputados (ahora tiene 32), lo que supone cuatro puntos más que en las elecciones del 2017, cuando se quedó en tercera posición. En intención directa de voto (el voto sin 'cocina'), Junqueras obtiene su mejor registro (24%) en casi dos años, duplicando al segundo clasificado.

Con su líder en prisión y apostando por alejarse de la desobediencia, los republicanos se nutren de tres fuentes bastante fértiles: absorben a uno de cada cuatro votantes de JxCat en los últimos comicios, al 14,7% de afines a la CUP y al 15,7% de electores de Catalunya en Comú-Podem. En cambio, la vía radical de Puigdemont trocea a los votantes posconvergentes: solo el 45% de quienes apoyaron a JxCat en diciembre pasado elegirían ahora la misma papeleta; el 24,2% migraría a Esquerra; el 7% 'saltaría' a la CUP, y dos de cada 10 se declaran hoy indecisos.

El resultado de este desplome es que JxCat perdería siete puntos respecto a las últimas elecciones y podría pasar de segunda a cuarta fuerza, con el 14,5% de los sufragios y 22-23 escaños (ahora tiene 34). La CUP, que retendría a tres de cada cuatro votantes, sumaría tres puntos y se auparía los 9-10 diputados (hoy tiene 4), con el 7,4% de las papeletas. Los partidos independentistas obtendrían conjuntamente un 47,2% de los votos, una décima menos que en los comicios del año pasado. Es decir, seguirían sin alcanzar el 50% que, según afirmaba hace poco el 'conseller' Ernest Maragall, daría "derecho a pedir apoyo internacional".

El PPC, al borde del abismo

En el ala constitucionalista del Parlament también habría trasvases significativos. La mano tendida de Sánchez, con oferta incluida para negociar una reforma del Estatut, ayudaría al PSC a escalar posiciones a costa de Ciudadanos. Inés Arrimadas, vencedora de las últimas elecciones, cedería 2,8 puntos y, con el 22,5% de los votos, pasaría de 36 a 30-31 escaños. En cambio, Miquel Iceta subiría 3,5 puntos y, con el 17,3% de los sufragios, pasaría de 17 a 23-24 diputados. Los socialistas son el partido que padece menos fugas de voto hacia otras formaciones y que más apoyos recibe de los abstencionistas. Además, el PSC es la segunda fuerza en intención directa de voto.

Después de JxCat, los 'comuns' son la marca con menor fidelidad de voto (55,4%) y más fugas, sobre todo a ERC y PSC. Enfangados en su enésima crisis interna y sin candidato a la vista tras la dimisión de Xavier Domènech, la confluencia retendría sus 8 parlamentarios actuales o podría incluso sumar el noveno. Todo lo contrario que el PPC, que en plena transición de Xavier García Albiol a Alejandro Fernández y con Pablo Casado como nuevo referente, continuaría perforando su suelo electoral. Se quedaría en el 3,5% de los votos (siete décimas menos) y con 3 escaños. A medio punto de quedar apeado del Parlament.