Ballesteros: "Con la alcaldía de Tarragona no se juega a dividirla o descuartizarla"

El alcalde de Tarragona analiza el primer año de su segundo mandato, marcado por la crisis y la posibilidad de llegar a acuerdos con la oposición

El alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros.

El alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros.

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Josep Fèlix Ballesteros (PSC) cumple esta semana el primer año de su segundo mandato como alcalde de Tarragona. “Ha sido un año muy complicado”, admite, pero dice que no el peor desde que lidera la ciudad, en minoría dada la difícil aritmética que surgió de las pasadas elecciones municipales. Ballesteros saca pecho, “soy de los pocos –socialistas– que ha resistido”, y se muestra abierto a estudiar todas las fórmulas posibles para lograr un gobierno local más estable. Eso sí, la alcaldía no será objeto de mercadeo, bajo ninguna circunstancia. 

-Llevamos meses de recortes, por parte de la Generalitat, del Estado y del propio Ayuntamiento. ¿Habrá más?

-Sin lugar a dudas ha sido un año muy complicado. Ahora bien, en Tarragona tenemos vigente un plan de ajuste que fija un escenario de austeridad de cara a la próxima década. A grandes rasgos, la plantilla municipal no va a poder crecer pero no se reducirá, no se recortará en los ámbitos más sensibles como los servicios básicos y la educación y podremos énfasis en la formación y la ocupación.

-Pero hay programada una fusión de empresas municipales…

-Sí, lo que haremos será reorganizar algunas para reducir costes y ser más eficientes. La primera en hacerse efectiva será la fusión entre la empresa de Medios de Comunicación, la de Desarrollo Económico y el Patronato de Turismo. Lo mismo pasará, más adelante, con la empresa de Transportes y la de Aparcamientos. El objetivo es mantener los servicios pero con una menor estructura política y administrativa.

-Freno a los recortes pero, ¿y si la Generalitat sigue sin pagar?

-Si la Generalitat paga los 14 millones de euros que nos debe y el Estado cumple con la aportación del Mercat y el pago a los proveedores, no habrá problemas. Tarragona tiene una buena salud, económicamente hablando, y estamos entre los ayuntamientos más saneados de Catalunya y de España. Es cierto que las medidas que puedan tomar ambas administraciones nos pueden afectar, pero ahora tenemos una hoja de ruta clara.

-Willkommen Ikea, ¿verdad?

-Estamos muy muy cerca. Sólo nos queda la firma ante notario de los propietarios de los terrenos y, dada la fórmula que hemos encontrado, ya no necesitamos el apoyo de todos, pese a que las condiciones son muy favorables para ellos. Si no estuviéramos seguros de la llegada de Ikea no habríamos llevado el convenio urbanístico a plenario. La multinacional confía en nosotros y cree que será una oportunidad de negocio.

-¿Y qué pasa con el POUM? La Generalitat dice que el retraso es culpa de ustedes.

-Recientemente, hemos escuchado unas declaraciones muy fuertes al respecto, y que nos han sorprendido. Supongo que han dicho lo que han dicho para dar a entender que la culpa del retraso no es de ellos. La verdad es que estamos trabajando sin cesar para introducir los cambios que se nos pidió, más de 80 páginas con requerimientos técnicos laboriosos, pero ya vamos entregando documentos y acabando el trabajo pendiente.

-También se las tienen con Fomento y el PP sobre el tercer raíl.

-Visto lo que ha pasado, creo que la ministra Pastor no ha estado muy afortunada. O no sabía de qué estaba hablando o quería quedar bien con todos, algo que es imposible. Lo que hay que hacer es priorizar las infraestructuras que nos harán ser competitivos, como es el corredor Mediterráneo y el del Atlántico, en un segundo plano. Lo decimos nosotros, los empresarios y economicistas, Europa… y es de pura lógica. Mientras, necesitamos impulsar sin más dilación el tercer carril para que el Puerto de Tarragona se conecte con el continente, garantizando que será provisional hasta que entre en funcionamiento la línea Reus-Roda, la solución definitiva. La indefinición del PP nos ha perjudicado, pero estamos a tiempo. No podemos estar 8 o 10 años sin esta conexión.

-Siempre nos quedarán los Juegos Mediterráneos de 2017…

-También representa una gran oportunidad para Tarragona y el territorio. El proyecto está vivo y sigue el calendario previsto. Ahora trabajamos para poder crear, en septiembre, la entidad organizadora que salga de la unión de todas las administraciones. A la vez, queremos que en 2013 las empresas patrocinadoras ya puedan beneficiarse de beneficios fiscales por colaborar con el proyecto. Todo ello va ligado a la filosofía Smart City que estamos implementando en la ciudad y que será muy importante en un futuro no muy lejano. Tarragona funcionará de una manera más inteligente y sostenible.

-Le pregunto por otro proyecto que está en marcha: el Mercat Central. ¿La crisis puede pasarle factura?

-Soy rotunamente optimista. La financiación está garantizada, podríamos sufrir un poco si el dinero del Estado llega tarde, pero hemos reservado una pequeña partida de inversiones de cara al año que viene. Lo más importante, ahora, es encontrar el modelo de gestión del Mercat. Pese a lo delicado de la situación, Tarragona tiene obras que avanzan y que suman unos 64 millones de euros: el Mercat, la EOI, el Teatro Tarragona…La ciudad no está paralizada, como creen algunos.

-Ese es precisamente el argumento del PP para poner sobre la mesa un posible pacto.

-En este momento la gente no está para estas cosas, sino para que la ciudad tire adelante y salgamos de la crisis con rapidez. Las estrategias de los partidos son legítimas, pero algunas no las entiendo. No he sido yo el que ha sacado el tema aunque reconozco que siempre he dicho que con la alcaldía de Tarragona no se juega a dividirla o descuartizarla. La estabilidad de la ciudad no está en juego y yo no voy a perder la mirada de ella ni un minuto.

-¿Pero reconoce más sintonía con el PP que con CiU?

- Está claro que han permitido que la ciudad tire adelante facilitando la aprobación de los impuestos y tasas y de los presupuestos. También es cierto que el diálogo ha sido fluido con todos los grupos, ha mejorado con CiU respecto al principio del actual mandato, y también es correcto con ICV que, como fuerza con representación, hace sus aportaciones.

- ¿Ve posible un gobierno de unidad?

- La aritmética post-electoral apuntaba a una mayor inestabilidad pero todos hemos hecho un esfuerzo y hemos estado a la altura. No era fácil, soy de los pocos –socialistas– que resistió a la noche electoral del 22 de mayo pasado. La ciudad siempre ha tenido estabilidad, pero siempre es mejorable. Un gobierno de unidad es posible, pero tampoco es necesario, porque lo que hace falta es tener ambición, proyectos y huir del pesimismo. En todo caso, estoy dispuesto a hablar con todo el mundo y que surja la fórmula más conveniente.

-¿Con qué fuerzas llegará a 2015?

-Una vez superemos esta prueba, se puede con todo. Mantengo intacta la ilusión, tengo fuerzas y, sobre todo, mucho apoyo. Hay que trabajar mucho, levantarse pronto como dice Guardiola y salir adelante juntos de esta situación, sin dejar a nadie atrás. Esto pasa por tener proyectos, ideas frescas y no recortar en educación y en los pilares más básicos de la sociedad. 

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