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Ballesteros deja la política municipal

El que fue alcalde de la ciudad durante
12 años no volverá a ser concejal en 2023

02 diciembre 2022 19:51 | Actualizado a 03 diciembre 2022 07:00
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El exalcalde socialista, Josep Fèlix Ballesteros, anuncia que en 2023 dejará definitivamente la política municipal, tras más de media vida de dedicación. Eso significa que no ostentará ningún puesto destacado en la lista que está configurando el alcaldable del PSC, Rubén Viñuales, para las elecciones del año que viene. Ballesteros pone punto y final a su carrera política por dos razones. La primera es porque así se lo prometió a su familia. Y la segunda, porqué está convencido de que su momento ya ha terminado. «Han sido muchos años de dedicación a la política. Ya es suficiente. Uno debe saber cuando le llega el momento. El mío es ahora», explica el exalcalde.

El principal motivo de la marcha tiene que ver con su familia y una promesa. «Dejarlo es una manera de agradecerles toda la paciencia que han tenido conmigo estos años», dice Ballesteros. El exalcalde acaba de pasar por el peor momento de su vida. Hace poco más de un mes, Mari Creu Gómez, su inseparable esposa, fallecía tras una larga enfermedad. «Antes del 2019 ya prometí a mi familia no seguir a primera línea, pero fueron muchos los tarraconenses que me pedían que volviera a presentarme. Mi mujer e hijos aceptaron la prórroga, con la condición de que fuera la última vez», explica Ballesteros, quien añade que el sobrecoste que ha pagado por dedicarse a este mundo ha sido elevado. «Uno no se da cuenta porqué está dentro de la dinámica, pero cuando la rueda para, abres los ojos y comprendes las muchas cosas que te has perdido. Sobre todo de mis hijos», reconoce el exalcalde.

Ballesteros explica que la decisión ya estaba tomada antes de 2019, pero que la insistencia de la gente y el «no» de Javier Villamayor –quien veía como relevo natural–, le empujaron a volver a presentarse. «Es momento de un relevo generacional. Esta manera nueva de hacer política a través de redes no va conmigo. Yo soy más de discurso, de entrevista, y no tanto de Twitter», explica.

Pese a ello, el exalcalde asegura que pone punto final a la política municipal dejando un legado del cual se siente orgulloso, y que impulsó durante los 12 años que estuvo de alcalde –2007-2019–. «He cumplido con lo que quería: una ciudad más cohesionada, con inversiones en las zonas donde menos se había invertido», dice. Ballesteros destaca la reforma del Mercat Central, y los Juegos Mediterráneos, «que fueron una excusa para que la ciudad se convirtiera en una industria del turismo deportivo». Los dos grandes proyectos que le quedaron por desencallar, según él, fueron la Tabacalera y la reforma administrativa del Ayuntamiento.

Actualmente, Ballesteros sigue como concejal y número 1 del principal grupo de la oposición en el Consistorio y como diputado en la Diputació de Tarragona. «Pongo mi experiencia en manos del partido, pero no tengo ninguna pretensión de cargo público», dice. El año que viene tiene previsto volver a su puesto de trabajo, a su profesión, como psicopedagogo en la ONCE, donde conserva su plaza.

De telonero de Rubén

El exalcalde confiesa estar «enamorado» de Rubén Viñuales, el candidato que el PSC presenta para las municipales del año que viene, y que, durante la legislatura 2015-2018 fue enemigo íntimo de Ballesteros, ya que era el líder de Ciutadans. «Cuando él estaba en la oposición, no nos faltamos nunca a la palabra dada. Además, siempre ha tenido un gran discurso de conexión con la realidad», asegura Ballesteros, quien añade que «creo que será un gran alcalde. Le pasa como a mí: le apasiona la política municipal. Ahora le acompaño a los sitios. Soy su telonero», dice el exalcalde, entre risas.

El caso Inipro

La carrera política de Ballesteros contará siempre con la sombra del caso Inipro, de presunta corrupción política. «La gente no se lo cree cuando lo digo, pero es que ni pienso en esto. Estoy muy tranquilo, teniendo en cuenta mi implicación en el asunto. Yo lo único que hice fue firmar cinco o seis decretos, todos con el aval del interventor y del secretario. No he cometido ninguna ilegalidad», dice Ballesteros, quien lamenta que el proceso sea tan lento. «¿Cómo puede ser que un caso de 2013 no se juzgue hasta 2024? Es una condena permanente», añade.

Eso sí, el exalcalde no perdona al alcalde Pau Ricomà haberse personado como acusación en la causa y pedir la pena más alta de todas: 14 años y tres meses. «Esto ha roto muchos puentes entre ERC y el PSC. Ricomà, tanto como persona como institución, me ha decepcionado mucho», comenta Ballesteros, quien añade que «quiero creer que no es cosa de él, pero al fin y al cabo, es quien manda».

No le pasa lo mismo con otros compañeros de Consistorio, como Victòria Forns y Joan Aregio (CiU) o Alejandro Fernández (PP), con quien mantiene una gran amistad. «Estoy convencido que la política trata de llegar a acuerdos. Porqué al hacerlo, estás renunciando a una parte de lo que piensas, para incorporar una parte de lo que piensan los otros. Esta es la clave», acaba Ballesteros.

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